Escrito seleccionado y publicado en el LIBRO DE LAS FIESTAS del pueblo del Duende, año 2002
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Fotografía de Suiza.
INTRODUCCIÓN A UNA LECTURA.-
Datos históricos
" Cada nación tiene sus héroes. Suiza tiene el suyo: Guillermo Tell ".
-Así comenzaba la narración del hecho histórico de un cazador de Suiza, que fue obligado a disparar y partir con su flecha una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo atado a un árbol, ( un Tilo ) desde cien pasos de distancia, porque tenía que demostrar que era el mejor ballestero del país para perdonarle una rebeldía....parrafo precioso, y escalofriante, de la lectura .....
-- Buen tiro, Tell - dijo Gessler. Ahora dime: ¿por qué tomastes dos flechas para hacer ese blanco ?
Tell llevo la mano a la flecha del cinto y contestó con sequedad:
- Porque si ésa hubiera herido a mi hijo ésta la tendrías ahora clavada en el corazón.
Acordeón del Tirol
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Escrito en la página 139 del libro de lectura llamado RUEDA DE ESPEJOS, de Quiliano Blanco Hernando, impreso en la Editorial Sánchez Rodrigo de Plasencia - Cáceres, tercera edición año 1.944.
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Este libro, joya de su época, me lo ha regalado, MI QUERIDO AMIGO JULIAN; modelo de persona, hombre de bien, señor sin doblez, a quien deberíamos imitar para que el mundo mejorara.
Gracias.
Un abrazo y un beso, de tu amigo de siempre, y para siempre.
El Duende.-
El fruto del higo es de color amarillento, verde, purpura, azulado, o negro, y de tamaño variable.
La higuera requiere un clima templado, las bajas temperaturas no las soporta bien, en cambio aguanta periodos largos de sequía.
Las raices de las higueras son capaces de profundizar en el suelo hasta 25 metros.
La higuera es originaria de Asia Menor, de hojas caducas, grandes, consistentes, asperas, lobuladas, y acorazonadas en la base.
Algunas higueras dan dos cosechas de higos la primera al finalizar la primavera llamadas brevas de mayor tamaño y los higos al finalizar el verano.
Los higos se pueden comer frescos o secos llamados higos pasados. Con ellos se fabrica el pan de higos.
Los higos tienen propiedades que favorecen al sistema nervioso, y su arrope favorece la digestión, evacúa el estómago y se recomienda para trastornos de la vejiga urinaria. Con el látex de la higuera se eliminan verrugas.
El higo contrariamente a lo que se piensa, no es un fruto.
Es un receptáculo carnoso denominado " sicono " en forma de pera que sirve de soporte a las flores, que originan pequeños frutos denominados " aquenios " que vulgarmente denominamos pepitas.
Es por lo tanto una "infrutescencia".
En el libro del Éxodo, fue uno de los frutos presentados por los exploradores de Canaán a Moisés
xEn la pirámide de Gizeh hay dibujos de la recolección de los higos.
Los griego
s consagraban la higuera a Dionisilos, el dios de la renovación.
Cuando fundaban una ciudad, plantaban una higuera, y era, el lugar donde " se reunían los ancianos ".
El higo era el manjar predilecto de Platón, y se le conoce como la " fruta de los filósofos ".
Galeno lo recomendaba a los atletas.
En la Roma antigua lo consideraban árbol sagrado, porque en su mito fundacional, Romulo y Remo fueron amamantados por la loba Luperca bajo una higuera.
En el libro del Génesis Adán y Eva se cubren la desnudez con hojas de higueras.
En una higuera se subió Zaqueo por su baja estatura, para ver al Señor en su entrada a Jericó.
La tradición dice, que la higuera fue, el primer árbol que cultivó el hombre.
La higuera es una de las especies aptas para cultivar como bonsái.
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Música y baile de pueblo, la jota El Candil
HISTORIA DE UNA HIGUERA, CUENTO DE PUEBLO
Tomando como referencia esta "HAZAÑA FRUTAL" , mi pueblo también tiene su história.
Sustituyendo,
la manzana por un higo
y la flecha por un diente,
y el protagonista hombre, por el protagonista niño.
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En aquella fecha nuestro héroe era un niño de siete a diez años, todavía con su la dentadura de " leche ".
Sus padres, campesinos medianamente hacendados, sacaban adelante sin lujos la familia de cuatro hijos.
El niño de la historia era el segundo de los hermanos.
Desde pequeños según sus aptitudes todos colaboraban en la hacienda.
El travieso niño, se le veía con frecuencia pastoreando un pequeño hato de ovejas, con su cayado y sus " velas " en los días fríos en el labio superior, que no parecían molestarle.
Hambre no pasaban, lujos pocos, aun así, eran felices, porque la infelicidad, cubiertas las necesidades básicas, nace del inconformismo que es, un malestar por un deseo insatisfecho, de algo que se conoce, se desea vehementemente, y no se posee.
Esta familia, por la paz y felicidad que irradiaban, se les podía considerar ricos, porque vivían conforme con lo que poseían; pobre es aquel, que siempre desea más.
Su mundo cerrado, sin más ámbito que el familiar, evitaba ambiciones.
Las relaciones entre los miembros de su familia eran envidiables.
Nuestro pequeño era el más inquieto y despierto de los hermanos; parecía intuir que había otras formas de vida, que sin conocerla, sentía deseos de vivirla.
Destacaba en él su simpatía, decisión y valentía sin límites, no tenía miedo a enfrentamiento alguno, impropio a esa edad .
Cierto día de verano se encontraba descansando bajo una higuera vigilando el ganado, y miro al Sol, para ver su posición y conocer si era la hora de encerrar las ovejas y marcharse.
Al hacerlo, quedó admirado de la estampa de un higo.
Debió entender por su elegancia y altivez, que era un HIGO PRESUMIDO Y DESAFIANTE.
El higo, con gallardía se mecía y columpiaba al final de una rama fina movida por la brisa con pomposidad y clase principesca.
Vestía un maravilloso traje verde- dorado con su piel aterciopelada por la lozanía de su madurez, y en lo alto de su pericarpio tenia una corona formada por un circulo de granitos rojos semejando rubíes.
Su reino y el trono, estaban situados al final de una rama enjaezada preciosamente.
Era, un ramillete de hojas verde lustrosas, que con simetría armónica, de menor a mayor se distribuía a lo largo, permitiendo que el Higo se luciera.
El principesco reino tenia de fondo el azulado y luminoso cielo del verano.
El trono, cual almena de castillo, tenía unas vistas maravillosas
En uno de los frentes, se veía el pueblo del niño con sus calles escalonadas por asentarse en la ladera de un monte, rodeado de verdor por su sierra olivarera, y en la cima, la señorial figura de su Castillo.
En la parte opuesta, inmensos campos soleados semi-llanos de dorados pastos de rastrojeras, y a trechos, manchas verdes de vegetación arbórea diversas, y al final del horizonte la sierra de las Villuercas.
Espaciados se avistaban pequeñas miniaturas arquitectónicas bajas, formada por algunos pueblos de la comarca.
El higo estaba en el árbol a bastante altura, en una rama larga y fina; cogerle suponía un gran peligro de caer al vacío.
Aun así, nuestro niño travieso aceptó el desafío.
El " castúo " en su conocimiento infantil, debió entender que su imagen placentera le estaba desafiando e invitándole a la aventura, y no se lo pensó dos veces.
Decidió atraparle, para despojarle de su reino; o quizás para comérsele, por ser el mejor higo del árbol.
Pensó cogerle desde una rama más alta que era más gruesa, y que, paralelamente se extendía en la misma dirección.
Con la valentía que le caracterizaba, y la agilidad muchas veces demostrada, trepó higuera arriba " gateando " felínamente.
Iniciada su conquista subido en la rama de encima, al inclinarse para alcanzarle ocurrió lo peor; la rama se desgajó y vino abajo de cabeza dando vuelta entre las ramas, cayendo en el suelo de espaldas en el altozano de un surco de aranza que allanó con el golpe, dejándole empolvado.
Pero los dioses del Olimpo, que no abandonan a los valientes, maravillados por su empeño y valentía mostrados en la conquista de un higo, sin temor a los peligros a tan joven edad, debieron calificarlo de heroicidad, y seguramente le inscribieron en el libro de Oro de los héroes, bajo el titulo LA CONQUISTA DE UN HIGO CON UÑAS Y DIENTES.
Por ello le premiaron como veremos, con una condecoración única en los humanos...
Pasada la impresión de la caída y un poco las molestias de las
magulladuras, notó, que le sangraba la boca, y le faltaba un diente de la parte de arriba (mandíbula superior ); aún así, se sintió orgulloso por su éxito, porque junto a él, vio que estaba el " higo presumido " con un trozo de rama, pues en su caída de cabeza desde más altura, por azar enganchó el cogollo y le taló con el diente que perdió, arrastrándole en su descenso.
Se puso de pies y se acercó a su trofeo, pero.... al ver en tierra de cerca, todavía lustroso, pero ¡ FUERA DE SU LUGAR !, la pacífica belleza del elegante higo y su reino, le remordió su envidioso comportamiento, porque para siempre se había privado de poder volver a ver lo que tanto había admirado.
LA BELLA ESTAMPA DEL HIGO Y SU REINO.
Por este detalle y los que contaré, se tiene por cierto, que este niño atrevido y aventurero, era de nobles sentimientos.
Herido y enternecido por el desastre que causó, nacieron en él grandes deseos de reparar el daño.
Obsesionado, queria a toda costa restablecer el reino con su higo, y notando la imposibilidad vivió un mal rato.
De pronto, encontró la solución; PLANTAR LA RAMITA para que se hiera otra higuera preciosa que pudiera criar un bonito REINO CON SU HIGO.
Lleno de alegría sin perder tiempo, se sacudió la tierra de las manos y cogió la ramita delicadamente, y con los bajos de su camisa ( la pañaleta ), quitó el polvo de las hojas una, a una; cuando la tuvo aseada como una Patena, se sentó bajo la fondosa higuera, ....la madre herida ....
.....MIRO AL SOL PARA CONOCER SU DURACIÓN.........
.... y su rostro infantil lleno de pureza se ilumino dibujandose en él la sonrisa y bondad celestial de la faz de un niño, porque averiguó dos cosas que le hicieron muy feliz:
QUE TENIA TIEMPO PARA PLANTAR LA RAMITA ...y..
DESCUBRIÓ EL LUGAR IDEAL DONDE PONERLA.
Se levantó, y con la rama entre los brazos se puso a caminar......
Aquí terminan los conocimientos que tengo de esta historia; que doy por concluida con esta incognita.
En diversas ocasiones he consultado al protagonista, y siempre contesta, que RECUERDA SOLO LO QUE YO CUENTO AQUÍ.
Dice no saber lo que pasó después, ni la finca en la que estaba, ni donde plantó la ramita.
Cuenta, que despues de plantar la ramita, por el pesar que le produjo su travesura, transcurrió mucho tiempo sin querer recordarla, y cuando lo hizo, a su mente acudió sin precisión, una sensación placentera de un bello sueño que un día lejano tuvo sentado bajo una frondosa higuera al
MIRAR AL SOL PARA HORIENTARSE DE LA HORA.
y que le hizo muy feliz la información que recibió
EL REGALO DE LOS DIOSES
Cuando al desdentado niño le salio el diente perdido en la aventura, la Naturaleza le dotó de una pieza dental única.
El incisivo que le nacio tiene la forma de un hacha con el corte hacia el labio, que luce y presume de él cuando rie.
Tal es el protagonimo que el diente le ha dado, que en el pueblo es conocido con el apodo de,
C H I S T E .
DOS AGRICULTORES
-¡ Otra vez los cuervos me han comido la cosecha !.
- Pero hombre, haz como yo, pon un espantajo.
- Si lo puse pero como si nada.
- Lo que tienes que hacer es pegarle una foto de tu suegra.
-¿ Y eso es efectivo ?-
- Mira, a mi los cuervos no solo no me han comido la cosecha, sino que me han devuelto la del año pasado.
EXTREMADURA.
Maravilla de la huerta
Robot zanahoriano, único en el mundo
Otoño 2.010
El Duende Euriteño
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