lunes, 21 de junio de 2010

LA JUBILACIÓN DE UNA FLOR.-



El Duende está casado desde hace cuarenta y cinco años.
Su mujer es Doña Flor, profesora de primaria.
Doña Flor ha ejercido de Profesora durante cuarenta años, tres años de alfabetizadora y el resto dando primaria en Madrid y su provincia; veinticinco años en el Colegio donde se jubiló.

FUE QUERIDA POR SUS COMPAÑEROS, Y RESPETADA Y ADMIRADA POR ALUMNOS Y PADRES.

El 27 de Junio del 2001, celebró la despedida de sus compañeros del Colegio con una comida fraternal.

El Duende ese día memorable tuvo una misión dificil, dirigir unas palabras a los comensales; una corte de abezados profesionales de la Enseñanza.
El Duende por su discurso fue aplaudido y felicitado, motivo por el cual, traslado integramente sus palabras, deseando sean de su agrado.
Saludos.
El Duende.-
Verano del 2010.










Ponga esta música mientras lee.


Strauss... Voces de Primavera y El bello Danibio azul.


DISCURSO DE EL DUENDE EN LA JUBILACIÓN DE DOÑA FLOR.-
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Habiendo recibido Doña Flor un regalo-recuerdo de sus Compañeros, consistente en una PULSERA DE ORO, y un AJEDREZ MAGNÉTICO DE PLATA para viaje, destinado a su marido; en los postres de la comida tomando cafés y bebidas los comensales El Duende.
( "... soltó la voz a semejantes razones:
- ¡ Dichosa edad y siglos, dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados......" )
¡¡¡ NO !!!, perdonen,..... es broma, fue Cervantes el que puso en boca de don Quijote como Vds saben estas palabras dirigidas a un grupo de cabreros, teniendo en la mano un puñado de bellotas en alto.
Pobre de mi, yo dije:

Buenas tardes, señoras y señores Profesores, Amigos y Familiares.
Mis respetos para todos.
Me presento diciéndoles que me llamo El Duende. ( Mi seudónimo para la Web).
Doy por sentado, que la mayoría de Vds. no conocían mi nombre, pero seguro, que todos me identificaban como EL MARIDO DE LA MAESTRA, la profesora Doña Flor.
En breve conocerán el porqué de este calificativo.

En este acto de homenaje a mi mujer por su jubilación, es casi obligado dirigir a todos una palabras.
Mi mujer ha tenido la gentileza de que sea yo quien lo haga.
Le doy las gracias, a la vez que como la he dicho temo hacerlo.

Intuyo les agradará lo primero, saber como es Doña Flor fuera del colegio, en casa, como ciudadana de a pie.
Con brevedad por imperativo del tiempo les diré, que su comportamiento en la vida familiar es una prolongación de su vida profesional, la misma calidad de persona. AGRADABLE, SENSATA, HUMANA Y FAMILIAR.


Antes de continuar mi intervención quiero poner de manifiesto Sras y Sres. profesores, la carga que supone para mi dirigirme a Vds. por su mucha experiencia en la Docencia; es un handicap enorme, que me recuerda los temidos exámenes de la etapa de estudiante, sin duda, éste el más atípico.
Esta situación ha traído a mi memoria la celebre frase de Cervantes en su Inmortal Obra; cuando nuestro Hidalgo dice a su Escudero.

- " CON LA IGLESIA HEMOS DADO, SANCHO ".


¡Cuántos estudios ha suscitado esta frase intentando descifrar su contenido !.
¿ Qué quiso decir con ella verdaderamente su autor ?.
Muchos próceres han pasado horas queriendo desentrañar su autentico alcance.
El Duende no está capacitado para enjuiciar a tan alto personaje, pero si, para entre los criterios de estos sesudos señores aplicarse la conclusión que más se identifique con su situación.
Comentan que fue una ironía encubierta de Cervantes contra la Iglesia, que por asuntos meramente administrativos lo tuvo varias veces sometido a excomunión. Otros apuntan que lo dijo en señal de respeto y sumisión a lo que representaba, y por la dificultad tan enorme de enfrentarse a tanta Grandeza y Poder.
En este último criterio esta mi concordáncia, por la reponsabilidad que implica tan importante audiencia, y además, tener que elegir y comentar con brevedad, algún detalle curioso de mi vida junto a Doña Flor, cuarenta y tres años, ( en aquella fecha ) 36 de casados y 7 que fuimos novios.

Tarea ardua para mi pluma.
He optado por contarles dos anécdotas simpáticas que produjeron en mi persona un gran impacto.

La primera, ocurrió a los dos años, poco más o memos de casarnos, cuando por decisión propia, y amor a la escuela, solicitó volver a su profesión, llamada entonces, Maestra de Enseñanza Primaria.

Nada más empezar a trabajar y darse a conocer, llegó la gran sorpresa; causa, la metamorfosis social que sufrió mi identidad personal, pues El Duende, pasó a ser para casi todo el público, EL MARIDO DE LA MAESTRA.

Mi titulación, nombre, apellidos todo fue desplazado y se concentró en la nueva identificación.
Sorprendido al principio, tuve momentos de celos, hasta que comprendí los motivos por los que me pasaban a segundón.
Buscando la causa, llegué a la conclusión, que para la Sociedad, no hay título más atrayente e importante que el de MAESTRO.
Analizando los motivos evidencie que:
Todas las personas en posesión de cualquier graduación, de la importancia que sea, su iniciación ha sido con un maestro o maestra, luego, es el camino común de todos los estudios, es el nacimiento y cuna de todos los titulados, la madre del intelecto, por ello, ( como a las madres), no hay poder ni formación académica posterior que desplace del lugar preeminente, a una madre, ni a esta IMPORTANTE PROFESIÓN.

En la segunda anécdota se valora al unísono Persona y Profesora, y ocurrió así.
Yendo en el autobús del barrio, escuche a unas señoras a mi lado que comentaban las excelencias de la profesora de sus hijos, ( la adulaban a su modo ), por el progreso en los conocimientos, por haberles inculcado amor a las clases del colegio, y por la atención y el agrado que eran recibidas en las visitas periódicas que les gustaba hacer a la profesora; pero para mi fue el resto, cuando comentaron que Doña Flor, además, es ¡ guapísima !, ese superlativo emplearon.
Faltaba poco para llegar a mi parada, pero el viaje en autobús se me convirtió en vuelo, porque yo flotaba,
Al llegar a mi destino les pedí paso por favor, y le dije:
Permitan que les de la GRACIAS, porque la profesora de la que Vds. están hablando es mi mujer.
Mis palabras les sorprendieron dejándolas estupefactas, se miraban si hablar, fue un momento, pero no reaccionaban, y así anonadadas las deje, mientras yo bajaba lleno de orgullo levitando.
No dijeron nada nevo, nada que no supiera, pero que personas desconocidas en una charla cotidiana certificaran tales cualidades, me llenó de satisfacción porque reconocían libre y públicamente, que mi mujer, era UNA GRAN PROFESORA, SIMPÁTICA Y ...... GUAPA.

Mi blanda condición humana, fue invadida de un orgullo desmedido a punto de perder el decoro, y confieso, que tuve que hacer un esfuerzo para volver a la realidad.

Para terminar, voy a recordar algo real muy conocido.
El momento que mejor valoramos lo que tenemos, es cuando estamos en peligro de perderlo; por ello, me gustaría ahora, poder hablar ante un micrófono de cobertura internacional, para decir al mundo, que no me cambie nada la jubilación de mi mujer, porque quiero seguir ostentando para toda mi vida, el titulo que por ella disfruto el de:

EL MARIDO DE LA MAESTRA

Gracias, señoras y señores Profesores, por las atenciones que han tenido con mi mujer, y escuchando mi lectura; les pido en su enjuiciamiento, que perdonen las deficiencias por no sujetar mi escrito a normas literarias; escrito más con el sentir del corazón, que con la mente, y les ruego, permitan seguir considerándome un alumno.
Señoras y Señores Maestros, MI ADMIRACIÓN Y RESPETO PARA VDS. y su profesión.
Para todos en general, mis saludos más cordiales.
A mi amada mujer, GRACIAS, por la titulación que me has dado, GRACIAS, por los cuatro hijos, pero sobre todo:

GRACIAS MAESTRA, POR COMPARTIR LOS AVATARES DE TODA UNA VIDA, BUENOS, Y MENOS BUENOS, ESTANDO SIEMPRE JUNTOS.
UN BESO.


Madrid 27 de Junio del 2001








En esta iglesia de un pueblo extremeño se casó Dñª. Flor con un servidor, hace........años.



Mendelssohn.... Marcha nupcial

Altar Mayor donde se celebró la ceremonia religiosa en 1.965

Solsticio del verano del 2010.
El Duende Euriteño.-
















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